jueves, 26 de mayo de 2011

VENENO.
Claro que peor que bajar a segunda división es lo de esta gente, un mejicano inmigrante y su novia colombiana, que encuentran el amor de su vida y perseguidos por las circunstancias se ve obligado a renunciar a él. Es lo que tiene buscar trabajo en una obra y quitarte del medio al capataz que te toca los cojones, nada sale gratis, esconderte luego en el desván de la casa donde ella trabaja y buscar el consuelo de su cercanía para soportar la pena de no poder compartir su vida ni la del hijo que espera, mientras escuchas a Julio Jaramillo y duermes debajo de un somier, rodeado de ratas, huyendo de los sustos y las fumigaciones. No había oido hablar de Rabia. Una película que dirige Sebastián Cordero y que ha ganado no sé cuántos premios dándose a conocer en festivales, que es el único sitio en el que parece ser que puedes ver cosas así. Es fruto de la adaptación de la novela homónima, la de un tal Sergio Bizzio. Tiene una historia sólida y unas intepretaciones contenidas. Llevaba tiempo sin emocionarme con algo así.

martes, 24 de mayo de 2011

UNA MUERTE DOLOROSA Y LENTA.
Lo sé por experiencia. Peor que la muerte, eso de tirarte en plancha por un tobogán oscuro y largo del que nadie va jamás a recogerte, sumergido eternamente en el olvido, roto en pedazos, con la incertidumbre de si alguna vez será posible regresar o si hay vida después de todo aquéllo, mucho peor que la muerte es bajar de rebote en la última jornada a segunda división.

domingo, 22 de mayo de 2011

MISTER CAMPING.
No tenemos término medio. Qué se le va a hacer. Cuando la situación demanadaba respuestas, la gente se metía los codos en la cola del media markt o se miraba hacia el suelo. Y cuando se hizo tiempo y se demoraron las soluciones, porque parecía que se buscaba la más apropiada, mira tú por donde, que nos tropezamos con la más curiosa. No nos vale salir adelante. Ni siquiera se nos pasa por la cabeza parchear el tema. Se demandan soluciones rápidas, como si a todos nos hubieran entrado de pronto las prisas ante la inminencia del próximo mundial, y no queremos mantener nada. No nos sirven los políticos, estamos de acuerdo. Menos aun el sistema, con mayúsculas, desde la programación de la 2 al modelo de mercado. Aparecen las acampadas. Se hablan de asambleas, de comisiones de barrio. Los huertos sólo producen alimentos trasgénicos y todos de repente parecemos saber leer y escribir y entendemos además de economía.

Por una parte, la chirigota. Sale un tío disfrazado del Rey (el nuestro) haciéndose fotos con la peña. La gente necesita pasárselo bien. Es lo único que le queda. Me recuerda los dos viejales que se ponen junto al Museo de Historia de Moscu para arrimarse a los turistas. Uno se parece a Stalin. Dicen que la juventud ha despertado. Mayo del 68 y todo eso. Por el otro, lo serio. El fin y los medios. Se atribuyen legitimidad porque sí. Porque son jovenes y porque para eso han dormido una semana al raso, pasando frío, sin agua caliente. Hay propuestas de cajón, las mejores. Otras hablan de objetivos a medias entre la utopía y el desfase. Se apuntan en una hoja las iniciativas populares y se recupera el poder por la gracia de quien a la vez que lo recibe, lo concede. Cosas de la democracia real y de los prodigios. Un delirio. Algunos se quejan de que no reciben más tiempo en los medios. Otros de que como sigan así no se qué van a vender. Damos pena, la verdad. No esperaba menos.

jueves, 19 de mayo de 2011

MI VIDA SIN SASTRE.
Ahora que todavía está reciente y se acumulan los homenajes y las entrevistas amables de despedida, no se deberían de escatimar los elogios ni guardarse uno nada. De qué sirven los sentimientos que se pierden en el olvido si no se asocian a un momento concreto para el que fueron pensados. Mucha poesía para contrarrestar los malos augurios. Con esto quiero apuntar que no me imagino mi vida sin Sastre. La del Sporting, quiero decir. Que duele imaginarse la banda derecha con otro lateral distinto o no adivinar su presencia en el banquillo, otro capitán, otro tío comprometido profesionalmente con el club que le dio de comer durante diez años. Cada vez se ven menos casos como éste. De lateral juega mi abuela, se solía decir. Tiene más mérito que el tío se haya convertido en imprescindible, en la dura travesía por segunda, y arimado discretamente a la banda, desde donde la rompía sin contemplaciones. Tenías sus cosas, claro. No era Maldini cuando la colgaba. Ahora dicen que le dejan las puertas abiertas y que nadie le olvidará. Yo lo dudo mucho. Y por si acaso, aquí está mi humilde contribución a que esto nunca ocurra.

miércoles, 4 de mayo de 2011

LO POPULAR.
Astrud y el Col-lectiu Brossa en Bizkaia Aretoa UPV.

1. Lo confieso. Astrud me gustan. Qué coño me gustan. Me flipan. Me entusiasman. Sus canciones me parecen un descomunal canto a la música y a la infinita alegría de vivir y a eso de tirarse a la bartola un día cualquiera por la tarde y todo lo que hacen, sus discos, sus EPs o sus entrevistas más improvisadas me fascinan. Dicho esto y mientras escojo al azar el hit que despedirá mi funeral, escucho su último disco con el Col-lectiu Brossa con respeto y recuerdo su actuación en el Bizkaia Aretoa de la UPV con la media sonrisa que me evoca alguna de esas canciones.

2. El tema de las despedidas. Hay que dejarlo antes de que te echen y todo eso. No creo que el último de verdad de Astrud (Tú no existes) invite a hacerlo. La sobreexposición en los ambientes en los que se mueve esta gente quema rápido la mecha y demanda novedades. Manolo y Genis dejaron de serlo hace seis o siete años y tardaron un tiempo en adivinar que su futuro tenía que ver con reinventarse. Ya no somos nuevos, se dijeron. Ese día en el que se levantaron de la cama alguno de los dos había soñado su futuro en la conjugación de otro forma verbal: somos distintos.

3. Genis no gana peso. No creo que se cuide. Presenta a la banda y cede el protagonismo por eso de que ya no son ellos dos y tal y tal. Caen todas las canciones del disco. Las tacha de la lista en donde se anotan por un orden caprichoso que les hace empezar por las de despedida ("Voy a saltar") y termina con sus grandes éxitos. Manolo se pierde en Hay un hombre en España. Todo el mundo comprende la falta de costumbre. Recupera la letra en el amante de las infantas y yo recojo mi recuerdo un mes más tarde de todo aquéllo. Ahora que parece que ya puedo hacerlo.

lunes, 2 de mayo de 2011

LAS INMENSAS PREGUNTAS.
No se puede ver esta película estando así de espeso. Primero, porque te pierdes. Y porque si mantienes el hilo, va éste y te duerme. Parece hecha a traición. Hay muchas como ésta. Que reflexionan sobre las inmensas preguntas sin que te enteres de ello, porque te estás durmiendo la siesta y cuando te despiertas, mira por donde, alguien te dice que te lo has perdido todo. Que la tendrás que volver a ver. Desde el principio. Si de verdad tienes intención de encontrar respuestas a todo eso que llevabas tanto tiempo preguntándote. Me pregunto yo si Matthieu Amalric se habrá coscado de algo o alguien habrá tenido la delicadeza de explicarle. Por las entrevistas promocionales y esas cosas. La Cuestión Humana tiene algunas de las imágenes más turbadoras del cine reciente y otras que están entre las más bellas. Mola, por ejemplo escuchar la voz de Bernard Summer en una discoteca llena de ejecutivos. Cuando saque tiempo la vuelvo a ver.