lunes, 13 de febrero de 2012

EL REAL MADRID EN MIRIBILLA: MEN IN WHITE.
Pueden jugar veinte veces más en este pabellón y seguir alimentando el mito. Lo del efecto Miribilla, el último grito en gilipolleces, en el que cabe un amplio catálogo de variedades, la resurección de Mumbrú cuando juega contra su ex-equipo o los inverosímiles triples del griego Vasileiadis. También es verdad que nada sería lo mismo sin las pocas ganas del contrincante, los hombres de blanco, y la adecuada magnitud de esa leyenda que se dejá sodomizar para que el nuevo eslogan cobre suficiente fuerza cada vez que se enfrentan. Primero, la liga. Y ahora nos vienen con esto. Treinta y cuatro puntos en un cuarto. Doce o trece tiros sin fallo. El negro, en plan Jordan y el resto como si fueran unos acróbatas en plena exhibición circense, saludando al público y poniendo caras para la foto. El Real Madrid continua fustigando su historia con episodios como éste y amenaza con seguir haciéndolo, lo peor, como que uno puede entrever que lo del jueves no será lo último y la imaginación tiene que hacer un esfuerzo para poder representar un campo de batalla aun más bochornoso.

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